Los resultados muestran más de 140 posiciones en todo el genoma que influyen en diversos rasgos de la obesidad. La dieta y el ejercicio son factores importantes aunque han descubierto que la genética es fundamental en la tendencia de las personas a ganar peso y a almacenar grasa.
Las personas con las cinturas más grandes que la cadera tienen mayor grasa abdominal rodeando los órganos situados en esa zona. Esto los hace más propensos a padecer trastornos metabólicos como diabetes tipo 2 que las personas con la grasa corporal más concentrada en la cadera o distribuida por igual en todo el cuerpo. En el trabajo se constató que las localizaciones genéticas asociadas con depósitos de grasa se vinculan con genes previamente relacionados con la creación del tejido adiposo.
El segundo artículo se centra en el índice de masa corporal (IMC). En él, los científicos identificaron 97 regiones de todo el genoma que influyen en la obesidad. encontraron que las localizaciones genéticas asociadas con el IMC pueden participar en procesos neuronales, en concreto, en la señalización del cerebro, que controla el apetito y la utilización de la energía.
Estos mecanismos pueden explicar por qué no todas las personas obesas desarrollan enfermedades metabólicas relacionadas, como diabetes y colesterol alto. Asimismo, la identificación de genes y vías asociadas con la obesidad podrían revelar nuevas dianas terapéuticas para bajar de peso.
Fuente: La genética tiene más influencia en la obesidad que la dieta y el sedentarismo.
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