Una
enfermedad misteriosa ha diezmado la población de demonios de Tasmania hasta
tal punto que la especie podría extinguirse en cinco años. Un grupo de
científicos trabaja para elaborar un mapa genético de la especie, identificar
los ejemplares sanos y repoblar la isla.
Los
científicos detectaron las primeras señales de la enfermedad en 1996, justo
cuando la especie comenzaba a recuperarse tras décadas de caza y persecución.
Desde entonces, los demonios de Tasmania desarrollan un tumor canceroso en la
boca y la cara. El cáncer infeccioso les impide comer, y los animales acaban
muriendo de hambre.
Los
investigadores no encuentran cura para el cáncer que aqueja a la especie. Sin
embargo, sospechan que su origen está en la falta de diversidad genética.
La
consanguinidad “ha debilitado la especie y la ha hecho más vulnerable a
enfermedades”. Save the Tasmanian Devil y la Universidad de Tasmania analizan y
archivan el ADN de los ejemplares con un doble objetivo: recuperar el material
genético si el animal se extingue y catalogar cada ejemplar para evitar que
miembros de la misma familia se apareen entre ellos.
El
biólogo Pemberton defiende que la especie todavía tiene posibilidades de
sobrevivir, pero Pemberton es realista: “no sabemos por qué unos enferman y
otros no, no hay vacuna, no hay forma de inmunizarlos”, lamenta, y añade que “a
veces son inmunes a una variedad del cáncer, pero caen víctimas de otro”.
FUENTE:EL
PAÍS.
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