Filósofos y biólogos coinciden en que el gran talento que
nos distingue del resto del mundo animal es la facultad del lenguaje, pero la
pregunta es cómo la adquirimos. Según los neurocientíficos cuando una persona
oye verbos y nombres asociados a una parte del cuerpo, como patear o lanzar,
las regiones motoras del córtex que normalmente dirigen el movimiento de esas
partes se activan de inmediato y sin que medie razonamiento alguno. Ahí dentro del
cráneo, las palabras y sus significados parecen ser casi lo mismo.
Desde que sir William Jones descubrió la familia de las
lenguas indoeuropeas la lingüística ha ocupado un lugar preeminente en el
pensamiento evolucionista.
En un estudio de resonancia magnética funcional con 21
voluntarios, Yury Shtyrov y sus colegas del Centro de Neurociencia Integrativa
de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, demuestran ahora que los verbos y
nombres de acción (saltar, lanzar, patada, baile) inducen casi inmediatamente,
en solo 80 milisegundos, la actividad del córtex motor, la parte del cerebro
situada sobre las orejas que normalmente se ocupa de mover los músculos. Y no
solo eso: la actividad casa con la zona concreta del cuerpo implicada en el
significado de la palabra en cuestión.
La activación del cerebro motor en 80 milisegundos es mucho
más rápida que la percepción consciente, que le cuesta al cerebro cerca de 300
milisegundos, o casi un tercio de segundo. Además, el fenómeno es por completo
independiente de que el sujeto esté prestando atención o no al ejercicio que le
presentan los científicos. Estas dos observaciones llevan a los autores a
proponer que los circuitos motores están implicados en la interpretación del
lenguaje de un modo automático. Este automatismo es la marca de fábrica del
órgano mental del lenguaje propuesto por el gran lingüista Noam Chomsky a
mediados del siglo pasado.
La neurociencia está esculpiendo poco a poco una teoría
radicalmente nueva del más antiguo problema de la semántica: que el signo y el
significado constituyen dos mecanismos cerebrales íntimamente relacionados.
Fuente: El País
No hay comentarios:
Publicar un comentario