Células madre «cansadas»
Los ratones del estudio fueron modificados genéticamente para tener una
enfermedad parecida a la progeria que sufren algunos niños, que hace que
envejezcan rápidamente y mueran muy jóvenes.
Los ratones con envejecimiento prematuro suelen morir a los 21 días de nacer, a diferencia de los ratones normales, que tienen una esperanza de vida de 2 años.
Cuando el equipo observó las células madre de los ratones envejecidos descubrieron lo que Huard llama células madre «cansadas», que no se dividen con la misma rapidez.
Los ratones con envejecimiento prematuro suelen morir a los 21 días de nacer, a diferencia de los ratones normales, que tienen una esperanza de vida de 2 años.
Cuando el equipo observó las células madre de los ratones envejecidos descubrieron lo que Huard llama células madre «cansadas», que no se dividen con la misma rapidez.
Para descubrir si estas células defectuosas contribuyen al
envejecimiento, Huard y sus colegas inyectaron células madre de ratones jóvenes
y sanos en ratones con envejecimiento prematuro aproximadamente cuatro días
antes de que murieran. Para sorpresa de Huard, los ratones vivieron hasta 71 días, es
decir, 50 más de lo esperado, igual que si una persona de 80 años viviera hasta
los 200. De acuerdo con el equipo, los animales no solo vivieron más,
sino que parecían también más sanos
Para descubrir cómo consiguen las células madres ese
efecto, el equipo marcó las células inyectadas en ratones envejecidos con un
marcador genético que les indicaba dónde iban las células. Para su sorpresa,
solamente descubrieron unas pocas en los órganos de los ratones, echando así
por tierra la teoría de que las células reparan los tejidos.
Los científicos volvieron al laboratorio para probar otra idea:
que las células madres segregan una misteriosa sustancia anti-envejecimiento. Colocaron células madre de ratones con envejecimiento prematuro
en un lado de un frasco y células madre de ratones normales en el otro. Ambas
partes estaban separadas por una membrana para evitar que las células entraran
en contacto. En uno días, las células viejas empezaron a «rejuvenecer», es
decir, a dividirse más deprisa.
«Dedujimos que probablemente las células madre normales
segreguan algo que desconocemos y que mejora las células madre envejecidas»,
comenta Huard.
«Si esto es cierto, hemos descubierto una proteína
anti-envejecimiento que será enormemente útil» en las personas, afirma Huard.
Sin embargo, otros científicos se muestran cautos a la hora de hablar de cómo este
hallazgo podría ayudar a las personas a retrasar el envejecimiento o a tratar
enfermedades relacionadas.
Envejecer mejor
Efectivamente, Huard señala que antes de que empiecen las
pruebas en humanos, los científicos tienen que repetir el experimento en
ratones de envejecimiento normal para ver si también viven más.
Si el resultado es positivo, Huard afirma que sería posible
tomar algunas células madre de una persona de 20 años de edad e inyectárselas
después cuando tenga 50 ó 55.
Este tipo de tratamiento con células madre ya se utiliza para
problemas de corazón, por lo que cree que «no estamos lejos de aplicarlo
clínicamente en el futuro».
Sin embargo, advierte que este tratamiento no hará que una persona de 55 años parezca de repente que tiene 25. «El objetivo no es parecer una estrella de cine durante toda la vida, se trata de que, si retrasamos el envejecimiento, quizá se retrasen también enfermedades como el Alzheimer o problemas cardiovasculares».
Sin embargo, advierte que este tratamiento no hará que una persona de 55 años parezca de repente que tiene 25. «El objetivo no es parecer una estrella de cine durante toda la vida, se trata de que, si retrasamos el envejecimiento, quizá se retrasen también enfermedades como el Alzheimer o problemas cardiovasculares».
En otras palabras, el tratamiento con células madre ayudaría a
la gente a «envejecer mejor».
National Geographic News
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