El trabajo
se basa en la aplicación de la llamada tecnología CRISPR/Cas9, que básicamente
consiste en utilizar unas bacterias para que hagan de tijeras genéticas que
sirvan para introducir los genes que se quieren investigar, con la peculiaridad
de que se puede dirigir exactamente dónde va a producirse la mutación. Con ello
se evita generar animales inviables y, además, se consiguen ejemplares que se
parecen lo más posible a lo que sucede en la naturaleza.
El único
requisito es que el proceso de modificación debe hacerse justo después de la
fecundación, de esta manera se asegura que todo el organismo lleva la mutación.
Ya han nacido dos animales después de aplicarle esta técnica.
El trabajo
permitirá estudiar enfermedades en
simios, como las degenerativas. Además permitirá contar con ejemplares lo más
parecido a los humanos posible, con lo que se espera que se reduzcan los
fracasos que se producen actualmente en muchas investigaciones al aplicarlas a
los humanos.
Fuente: El País
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