Unos bioingenieros han creado un lenguaje de programación que
les permite diseñar rápidamente circuitos complejos codificados en el ADN, que
proporcionan nuevas funciones a las células vivas.
Usando este lenguaje, cualquiera puede escribir un programa para
la función que desee, como detectar y responder a ciertas condiciones
medioambientales. El usuario puede después hacer que se genere una secuencia de
ADN que pondrá en práctica la función escogida.
Se trata, literalmente, de un lenguaje de programación para
bacterias. Además, el usuario emplea un lenguaje basado en texto, como cuando
un informático programa para un ordenador. Una vez elaborado el texto de la
programación, este se compila para convertirlo en una secuencia de ADN que
puede ser colocada en la célula, y entonces el "circuito" funciona dentro
de ella.
Este logro es obra del equipo de Christopher Voigt, biólogo
sintético en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge,
Estados Unidos.
Voigt, Alec Nielsen y sus colaboradores, entre quienes figuran
científicos del MIT, así como de la Universidad de Boston y del Instituto
Nacional de Estándares y Tecnología (NIST), ambas entidades en Estados Unidos,
han utilizado este lenguaje para construir circuitos que pueden detectar hasta
tres señales (entradas de datos, input) y responder de formas diferentes. Como
futuras aplicaciones para esta clase de programación, destaca la del diseño de
células bacterianas que puedan producir un fármaco contra el cáncer cuando
detecten un tumor, o crear células de levadura que puedan detener su propio
proceso de fermentación si se acumulan demasiados subproductos tóxicos.
Los investigadores planean poner el interfaz de diseño de
usuario a disposición del público en internet.
Un aspecto muy importante de este singular lenguaje de
programación es que el usuario no necesita tener experiencia.
A lo largo de los últimos 15 años, biólogos e ingenieros han
diseñado muchos componentes genéticos, como sensores, interruptores de memoria
y relojes biológicos, que pueden ser combinados para modificar funciones
celulares existentes y añadir otras nuevas, pero diseñar cada circuito es un
proceso laborioso que requiere una gran experiencia y a menudo muchas pruebas
de acierto y error.
Los usuarios del nuevo lenguaje de programación, sin embargo, no
necesitan tener un conocimiento especial de ingeniería genética. Podríamos ser
completamente ignorantes de cómo funciona todo ello. Esta es realmente la gran
diferencia sobre la cuestión. Un estudiante de escuela secundaria podría
conectarse al servidor disponible en internet, y confeccionar el programa que
quiera tecleando las instrucciones, tras lo cual dicho servidor le
suministraría la secuencia de ADN.
El lenguaje está basado en Verilog, usado muy habitualmente para
programar chips de ordenador. Con el fin de crear una versión del lenguaje que
funcione para células, los investigadores diseñaron elementos de computación
tales como puertas lógicas y sensores que pueden ser codificados en el ADN de
una célula bacteriana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario