Investigadores de la Universidad de Cambridge han analizado una variante genética, conocida
como CPT1A –exclusiva de ciertos esquimales de Siberia que hace miles de años
permitió sobrevivir a estas poblaciones del Ártico. Dicha enzima les servía
para procesar mejor las dietas altas en grasas y poder sobrevivir en climas
fríos.
Según los resultados de un estudio,
CPT1A favorece en la actualidad la aparición de hipoglucemia –bajos niveles de
azúcar en sangre– y al aumento de la mortalidad infantil en estos individuos.
“Este caso ilustra la importancia médica de tener una comprensión evolutiva
de nuestro pasado. Los impactos de la evolución en la salud deberían tenerse en
cuenta más", indica Florian Clemente, de la División de Antropología
biológica de la Universidad de Cambridge y coautor del estudio.
Para comprobarlo, los científicos analizaron los genomas de 25 individuos
del norte de Siberia y compararon sus secuencias con otros 25 de Europa y 11
del este de Asia. Los investigadores destacan que la variante CPT1A está
presente en el 68% de los esquimales de Siberia, y ausente en otras poblaciones
con el mismo genoma.
CPT1A forma parte del proceso de digestión de los ácidos con alto contenido
en grasas, como los de la carne. Esto explicaría su influencia en estas
poblaciones debido a la insostenibilidad de la agricultura en las regiones del
Ártico, que se alimentan de mamíferos marinos.
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