¿PUEDE EL ADN SINTÉTICO SUSTITUIR AL ADN NATURAL?
El
Tribunal Supremo de Estados Unidos acaba de sentenciar que el ADN de los seres
humanos no es susceptible de ser patentado. Pero, ¿qué pasa con el ADN
sintético? La restricción estadounidense no afecta a las copias obtenidas
mediante técnicas de laboratorio. Se mantiene, pues, abierta la vía para nuevos
campos de investigación.
La diferencia entre uno y otro es sustancial. El ADN celular
es el que se encuentra en las células de nuestro organismo. Procede de la
herencia que hemos recibido de nuestros padres.
La sentencia recoge que el ADN sintético no es un producto
de la naturaleza, y aunque pueda contener la misma información para la
codificación de proteínas que el ADN celular, no contiene algunas de las
regiones presentes en el gen original. Para su obtención se parte del ARN
mensajero (ARNm), es decir, del ácido ribonucléico que contiene toda la
información genética y que determina la manera en la que se ordenarán los
aminoácidos de las proteínas. En realidad, sería una copia incompleta del ADN
celular a la que le falta parte de la información genética, de la composición
de nucleótidos.
Este ADN sintético obtenido a partir del ARNm (denominado
ADN complementario) es utilizado por los científicos como medio para estudiar
la función de los genes con repercusión en las proteínas que tienen alguna
función dentro de las células.
Se puede manipular, modificar y ayudar a desarrollar
herramientas para colaborar en el diagnóstico de mutaciones de otros pacientes
distintos. Pero su recorrido en el campo del diagnóstico es corto por los altos
costes. Hay otros sistemas más eficaces como la secuenciación masiva o la
secuenciación directa de los genes. Donde sí tendrá mucha importancia es para
clonar los genes y tratar de encontrar las funciones que estos genes llevan a
cabo dentro del organismo.
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