Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que la transferencia de células progenitoras del hígado fetal puede emplearse para crear injertos vasculares en diferentes órganos. Los investigadores han alcanzado esta conclusión mediante el trasplante y caracterización de diferentes tipos de progenitores celulares hemato-vasculares en ratones neonatos. Los resultados de este trabajo, publicado en la revista 'Stem Cells', podrían aplicarse en un futuro en el tratamiento de recién nacidos con problemas vasculares congénitos.
Los injertos vasculares suelen emplearse en la reparación de vasos sanguíneos afectados en enfermedades obstructivas, como la oclusión por fibrosis, la arteriosclerosis, y las malformaciones congénitas, entre otras, y enfermedades que alteran el flujo sanguíneo, como los aneurismas y las embolias.
“Este tipo de células progenitoras se encuentran en diferentes estadios del desarrollo del hígado fetal y han demostrado una capacidad de generar injertos vasculares estables en neonatos mucho mayor que la de células hemato-vasculares aisladas de hígado y de médula ósea de adulto”, explicó María José Sánchez, del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo en Sevilla.
Los resultados de los experimentos de este estudio orientados al seguimiento, generación, expansión y estabilización del injerto, sugieren que a partir de las tres semanas después de la intervención los nuevos vasos sanguíneos derivados del trasplante se encuentran conectados al sistema vascular del órgano y pueden considerarse funcionales.
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