viernes, 12 de enero de 2018

Neurólogos descubren el lugar del cerebro donde se fabrican los sueños


Un grupo de neurocientíficos de Estados Unidos, Italia y Suiza ha descubierto que el
sueño tiene su propia fuente autónoma: la denominada zona caliente o hot zone, en la que la actividad del cerebro es diferente al sueño REM (Rapid Eye Movement), estado en el que el cuerpo duerme, pero el cerebro continúa en actividad, y al resto de los estados no REM.

Los expertos fijaron electrodos en la cabeza de 32 voluntarios mientras dormían y les despertaron en varias ocasiones durante la noche. Se centraron en un grupo de siete personas a las que se les despertó 10 veces y se les entrenó para que recordaran la última imagen vital de sus sueños.
Esta hot zone está asociada al hecho de recordar el sueño de una manera consciente, lo que hace que el estudio sea muy relevante para José Luis Trejo, neurocientífico del Instituto Cajal (CSIC) y vicepresidente del Consejo Español del Cerebro: Un avance considerable en nuestra comprensión del cerebro ya que se incrementa nuestra capacidad de analizar conscientemente los sueños de una persona”.

En la etapa final del estudio, los neurólogos ahondaron en el tema de la consciencia y descubrieron que para el cerebro un sueño es una experiencia real y no algo inventado. “Un área del cerebro que se vuelve muy activa cuando se comienza a soñar, experiencias en las que la conciencia también está activa”, explica Francesca Siclari, neuróloga del Hospital Universitario de Lausana (CHUV) y una de las pioneras de la investigación.
La hot zone se encuentra en encima de la nuca y está ocupada por el 95% de toda la fase rem y el 71% de la no REM. Horas y horas de sueños de los que solo recordamos apenas unos minutos y que quizás con este nuevo avance se pueda descubrir cómo recordar mejor. Trejo afirma que algunos sueños están tan cerca de la realidad cotidiana que son como una extensión de los pensamientos despiertos: “Muchas ideas pueden surgir durante el sueño, como le ha ocurrido a números artistas o inventores”

A partir de esta investigación, los caminos que se ramifican son al menos tres: el imaginativo, uno neurológico y otro limítrofe con la filosofía. Según J. Allan Hobson, psiquiatra y uno de los investigadores más importantes del sueño, argumenta que el sueño no solo tiene un significado, sino que es el fundamento de todo el significado posible. “El cerebro compone secuencias complejas a partir de los elementos que ya conoce y las inventa 'casi' al azar, y algunas pueden ser tan verosímiles que, por una cuestión de probabilidades elementales, pueden convertirse en reales”, explica Trejo.

Cabe mencionar que el estado emocional de una persona es muy importante y significativo a la hora de soñar. La neurociencia propone que el cerebro despierto lo que hace es construir una imagen de la realidad que percibe a base de pequeñas unidades de información. “El cerebro almacena cómo camina una persona, cómo mira, cómo habla, y luego soñando mezcla esas unidades de información, casi al azar, para generar imágenes coherentes compuestas por miles de estas piezas verosímiles, pero una escena que, en realidad nunca ha existido” afirma Trejo.
Para el experto, aquellas vivencias con un alto componente emocional tienen una mayor probabilidad de aparecer en sueños. Soñamos con más frecuencia con cosas que nos preocupan, nos ilusionan etc” concluye.

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