sábado, 20 de enero de 2018

El peligroso motivo por el que no debes taparte la nariz y la boca al estornudar.


El estornudo es un reflejo con el que el organismo limpia las vías aéreas, un acto reflejo que tiene cierto nivel de control consciente. Se cree que tiene dos fases: una inspiratoria espasmódica inicial y una fase respiratoria nasal y oral.
Esta reacción generalmente se produce como respuesta al contacto con gérmenes o por inhalación de productos irritantes. Sin embargo, hay personas que estornudan cuando reciben ciertos estímulos (estornudo fótico).
Los investigadores han averiguado que se produce por los motivos más variopintos, y se sabe que resulta prácticamente imparable: cuando una persona estornuda, el aire expulsado puede salir a una velocidad de 70 a 130 kilómetros por hora. La lluvia de saliva resultante es capaz de cubrir un área aproximada de ocho metros cuadrados. Cuando algunas personas quieren reprimirlo, se tapan la nariz y la boca en el momento del estornudo.

Recientemente, un impactante caso ha llevado a los doctores a publicar un artículo en la revista BMJ Case Reports para avisar de que esta estrategia no es nada recomendable. Los investigadores explicaron que un hombre de 34 años acudió a urgencias. Dijo que había notado un crujido después de un potente estornudo reprimido y que su cuello había comenzado a hincharse. El hombre casi había perdido la voz y pudo contar que le resultaba extremadamente doloroso tragar.


El motivo de sus lesiones está en que la presión generada con el estornudo no pudo liberarse a través de la boca y la nariz. En lugar de eso, la fuerza dañó los tejidos blandos de la garganta. De hecho, rompió la faringe, la cavidad membranosa que une el esófago y la laringe con la boca y la nariz y que funciona como una caja de resonancia para el habla.

Los médicos dicen que, aunque las lesiones son raras, esta maniobra tiene complicaciones bastante peligrosas, como el pseudo mediastino, la perforación del tímpano, el aneurisma cerebral, (la rotura de pequeños vasos sanguíneos del cerebro), lesiones musculares o incluso rotura de costillas. Además, cuando se impide un estornudo aparece otro efecto secundario: no se expulsa al agente irritante o infeccioso que lo ha provocado.

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