domingo, 19 de marzo de 2017

Identificado un gen que condiciona cómo envejecera nuestro cerebro y si padeceremos Alzheimer.


El envejecimiento es un proceso natural y común que, ya sea antes o después, deben afrontar todos los seres vivos. También los humanos. Sin embargo, se trata de un proceso que no resulta igual, o tan igual, para todos. Y es que no todo el mundo envejece igual de bien. O igual de rápido. Una situación que resulta patente en el caso del envejecimiento del cerebro, como demuestra el hecho de que no todas las personas mayores padezcan deterioro cognitivo o una enfermedad neurodegenerativa. Pero, ¿qué determina que un cerebro envejezca ‘mejor’ o ‘peor’? Pues los genes. De hecho, investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.) han identificado un gen que condiciona cómo de bien envejecerá nuestro cerebro. Un hallazgo que, más allá de ofrecer un biomarcador para evaluar la efectividad de las intervenciones dirigidas a frenar el envejecimiento, muestra una diana terapéutica potencial para la prevención o el tratamiento de los trastornos cerebrales asociadas a la edad, caso de la enfermedad de Alzheimer. 

Como explica Asa Abeliovich, co-director de esta investigación publicada en la revista «Cell Systems», «cuando miramos a un grupo de personas mayores, siempre nos encontraremos con que algunas de estas personas nos parecerán más jóvenes y otras más mayores. De una manera similar, estas diferencias en el envejecimiento también se pueden observar en la corteza frontal, la región del cerebro responsable de los procesos mentales superiores. Y de acuerdo con nuestros resultados, muchas de estas diferencias están ligadas a las variantes de un gen denominado ‘TMEM106B’. Así, las personas que portan dos copias ‘malas’ de este gen tienen una corteza frontal que, en función de varios parámetros biológicos, parece 12 años mayor que la de aquellos que portan dos copias normales».

Copias ‘buenas’ y ‘malas’

A día de hoy ya se han identificado distintos genes individuales que aumentan el riesgo que puede presentar una persona de desarrollar una enfermedad neurodegenerativa. Es el caso, por ejemplo, del gen ‘APOE’, que codifica la expresión de la apolipoproteína E (APOE) y que se encuentra fuertemente ligado a la aparición de la enfermedad de Alzheimer. O quizás, como puntualizan los autores del nuevo trabajo, no tanto.
Como indica Herve Rhinn, co-director de la investigación, «estos genes justifican solo una pequeña parte del desarrollo de estas enfermedades. Y es que el principal factor de riesgo para padecer una enfermedad neurodegenerativa es, de lejos, el envejecimiento. Según envejecemos se produce algún cambio en el cerebro que nos hace más susceptibles a desarrollar una de estas enfermedades. Y esto nos ha dado que pensar. ¿Qué hay a nivel genético que hace que nuestro envejecimiento cerebral sea saludable?».
Como refiere Asa Abeliovich, «el gen ‘TMEM106B’ comienza a llevar a cabo su efecto cuando la gente alcanza la edad de 65 años. Hasta entonces, todo el mundo se encuentra en el mismo barco. Pero llegados los 65, debe haber alguna situación de estrés aún por identificar que lo desencadena. Si una persona tiene dos copias buenas del gen, entonces responderá bien a ese estrés. Pero si porta dos copias ‘malas’, entonces su cerebro envejecerá más rápidamente».

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